miércoles, 26 de mayo de 2010

Las grandes olvidadas

Estrellas que alcanzar / Izarren argia
Hoy publicamos un vídeo en el que las actrices de la película “Estrellas que alcanzar” (“Izarren argia”) comentan la historia que en ella se cuenta. En su opinión la película ofrece otro punto de vista del período de guerra, el de las grandes olvidadas, el de las mujeres que sufrieron en la sombra.

Las actrices destacan la verdad que se cuenta en la película: “lo que se cuenta sucedió. Hay que contar esta historia para que todos la conozcan”.

Y es que el film tiene mucho que aportar a la memoria histórica, porque todavía hoy hay una gran parte de la historia que no se ha contado. En otros lugares aparentemente menos “desarrollados” que el nuestro se han tomado “la molestia” de dar a conocer, de difundir su realidad pasada y hoy todos conocemos, por ejemplo, el caso de los niños de El Salvador o Argentina, pero sabemos muy poco de lo que sucedió aquí, de lo que sufrieron las madres cuando les arrebataron a sus hijos.

Y sin embargo este conflicto que sucedió hace ya unos cuantos años está presente en la calle, en los municipios que tienen a Franco como alcalde honorífico, en las estatuas, en los escudos de la falange que todavía cuelgan sobre los números de muchos portales, en los nombres de las calles… No se trata por lo tanto de que la historia no se haya contado; no. Es más grabe. No sabemos todo lo que pasó porque no nos lo han querido contar.

Es ahí donde reside la importancia de "Estrellas que alcanzar", en su capacidad de contribuir a la socialización de la verdad, en su potencialidad para hacer que esa realidad se conozca y para que todos, incluidos los que no vivimos aquel período trágico conozcamos la verdad de lo que sucedió, saquemos a aquellas mujeres del olvido y tomemos consciencia.

martes, 25 de mayo de 2010

Saturraran, una cárcel que encerraba el horror y la esperanza.

Estrellas que alcanzar / Izarren Argia
La película “Estrellas que alcanzar” (“Izarren argia”) reconstruye una historia real, o mejor dicho muchas historias reales que algunos han querido borrar o simplemente han pretendido que cayeran en el olvido. Se trata de las historias de cientos y cientos de mujeres (casi 5000) que sufrieron en sus propias carnes las vejaciones que en aquella cárcel se practicaban de forma sistemática.

Gran parte de los personajes de la película están basados en personas reales, personas anónimas que fueron encarceladas con la única intención de borrarlas de la memoria. Por esta razón los personajes de la película han sido creados a partir de los recuerdos de aquella generación de mujeres, “incómodas por su ideología”, “su compromiso”, o simplemente por su condición de mujer.
Y es que son muy pocos los que conocen que en la cárcel de Saturraran, anteriormente balneario, y que unos meses antes había servido de cuartel general de los gudaris, se vivieron algunos de los episodios más sombríos de la posguerra, entre los años 1938 y 1944.


El 29 de diciembre de 1937, las tropas de Franco habilitaron el balneario como presidio de mujeres republicanas o simplemente no afines al régimen que se pretendía instaurar. Fue allí donde alrededor de cinco mil mujeres fueron encarceladas sin causa alguna, y donde les privaron de total libertad, llegando a quitarles a sus propios hijos/as para darlos en adopción a familias falangistas, amparándose en la cruel teoría de la “inferioridad mental” del Doctor Vallejo.

Las internas procedían de todos los rincones de la geografía española aunque en su mayoría eran vascas y asturianas ya que fue precisamente la caída de Asturias lo que precipitó su apertura debido al elevado número de mujeres que se apresaron.


Las monjas mercedarias, que se encargaban de la vigilancia de dicha prisión, fueron cómplices del sistema y representaron un eslabón más en la cadena de represión del régimen. Y no han sido pocas las voces que años después, se han atrevido a denunciar los horrores que se vivieron al otro lado de los muros de la prisión. Maltrato físico y psicológico, hambre, muertes de niños y niñas, mujeres… y sobre todo, un trato vejatorio que humillaba día sí y día también a las chicas que permanecían allí encerradas. Se calcula que 177 personas murieron en el centro, entre las cuales alrededor de 59 fueron niños y niñas.

Esa es la historia que se cuenta en “Estrellas que alcanzar” (“Izarren argia”), historias humanas, de reclusas, de madres… que tuvieron que soportar día tras día la peor cara de la guerra; la de aquellas que sobrevivieron porque nunca perdieron la esperanza, la de las que la perdieron y perecieron.

A todas ellas.